¿Cómo Perdí 70 Mil € En Bolsa En Meses? 🤦
El dicho de los infantes de marina americanos: "mantente alerta, mantente vivo" aplica en todos los aspectos de la vida y puede evitar que pierdas dinero en bolsa.
Por Javier Narváez
Como dicen en el barrio, solo aprendemos a base de palos. Por eso hoy te traemos una historia real que le ocurrió a un zumitero.
Al loro.
Capítulo l: El trader novato.
Otra operación fallida. Iban ya tres meses intentando ganar dinero especulando en el mercado y lo único que había conseguido era estresarme, perder el tiempo y fundirme cada cuenta que abría.
Cerré el portátil. Vivir del trading no era tan fácil como creía. Los días pasaban y el saldo en mi banco no hacía más que bajar. Ya me estaba desesperando.
Sin embargo, una mañana el azar me sorprendió.
Recuerdo que fue en una cafetería cuando escuché hablar de Rober, un tipo que era capaz de multiplicar cualquier cantidad de dinero que le prestaran. Un genio de las finanzas.
¡Este es mi hombre! – pensé. Y ese mismo día le llamé por teléfono.
Poco sabía que el inicio de mi verdadera ruina estaba a la vuelta de la esquina.
Capítulo ll: Los cantos de sirena.
Tras comentar su forma de operar, decidimos conocernos en persona. A los pocos días me llevó a su sala de trabajo, una habitación llena de monitores, teclados y gráficos de todos los colores.
Mira – dijo Rober. Esto es lo que llevo ganado este mes.
Un pantallazo con nueve mil euros en verde fue todo lo que necesitó para convencerme de que sabía lo que hacía.
A ver- dije. Entonces, del dinero que yo te ingrese, tú me devolverás un 15 por ciento de rentabilidad cada mes. Garantizado. ¿Es así?
Correcto – Asintió Rober. Incluso tengo otra cuenta de reserva aparte que cubriría posibles pérdidas en caso de que la operativa salga mal.
Blanco y en botella. Era un negocio perfecto. ¿Cómo no me había enterado de esto antes?
Firmamos un contrato y al día siguiente le ordené mi primera transferencia: Diez mil euros.
Si mis cálculos no fallaban, me sacaría 1500 mensuales, un sueldo superior al de mucha gente en España. ¡Y sin hacer nada!
¿Qué podría salir mal?
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Suscríbete y recibe todos los días tu dosis de Wall Street que te lees en 5 minutos.Capítulo lll: All-in
Los primeros meses me sentí rico. La pasta fluía a mi cuenta cada treinta días.
Me estaba acostumbrando a la buena vida y un día pensé que 1500 euros de renta mensual no eran suficientes. Necesitaba pasar más manteca a Rober y no sabía de dónde sacarla. Entonces se me ocurrió tomar la peor de las decisiones.
¿Hola? – Una voz femenina me respondió al teléfono. Está contactando con el servicio de préstamos. ¿Cuánto desea solicitar?
-Sesenta mil.
Unos días más tarde esa cantidad ya aparecía en la cuenta de Rober. Y yo estaba pletórico.
La sensación de ganar dinero fácil es indescriptible. Así llegó un momento en el que todos los euros que conseguía los metía en esa cuenta.
¿Lo peor?
Que convencí también a mis familiares para que se subieran al carro. Y así lo hicieron. De hecho, se motivaron tanto que metieron todos sus ahorros, un monto total que rozaba los 300.000 euros.
El Lobo de Wall Street era una ovejita a mi lado y yo me creía el más listo del planeta. Hasta que llegó el mes de diciembre.
Capítulo lV: Comienza la pesadilla.
¿Rober? – era la quinta llamada que le hacía en la misma mañana. Sin respuesta. La transferencia de ese mes llevaba ya una semana de retraso.
¿Le habrá pasado algo?
Al día siguiente me escribió por WhatsApp. Me explicó que, por motivos fiscales, era mejor que me hiciera la siguiente transferencia en enero. Me lo creí sin dudar.
Pero llegó enero, y después febrero, marzo… y todavía no me había pasado ni un euro. Yo no podía mantener mi tren de vida de rico sin sus transferencias, así que una buena tarde me presenté en su casa.
-Lo siento. – Dijo Rober con voz nerviosa. Lo he perdido todo.
Ni siquiera me acuerdo de las razones que me dio en ese momento. Solo recuerdo gritar, marearme y querer llamar a la policía.
Sin embargo, lo más curioso llegaría después.
Capítulo V: Golpe de realidad.
Tras hablar con varios abogados, resulta que era prácticamente imposible demostrar que Rober hubiera hecho algo ilegal. Yo había firmado un contrato de gestión, así que el riesgo era mío. Y, e-hem, de mi familia.
Todavía estamos de juicios y, por la pinta que tiene, creo que nos vamos a quedar a dos velas.
Y por cierto, aún sigo pagando el préstamo.
Tip zumitero: Nunca confíes tu patrimonio a alguien que te promete una gran rentabilidad sin tú hacer nada. Lo que es demasiado bonito para ser cierto, es justamente eso. Más vale invertir tiempo y dinero en formarte por ti mismo.
P.D. Como decía Derek C. Bok, si crees que el precio de la educación es caro, espérate a experimentar el precio de la ignorancia.