¿Son los criterios ESG una estafa?
Nos metemos a buscar la verdad detrás de los criterios ESG que, en la última década, han movido los hilos del mercado.
Por Héctor Pérez
Las grandes corporaciones hoy en día viven una especie de Síndrome de Estocolmo. Intentan agradar desde un punto meramente de comunicación corporativa a un grupo de la población que las detesta e incluso sería partidario de acabar con ellas. Se han inventando de todo y, en la última década, el último gran esfuerzo ha sido uno que nos afecta directamente como inversores, los benditos criterios de Inversión Socialmente Responsable (ISR) o lo que en inglés se conoce como ESG.
En este artículo nos vamos a dar a la tarea de entender un poco mejor de qué se tratan estos lineamientos, quienes los promueven (para poder comprender los intereses que hay detrás de ellos) y, sobre todo, si son efectivos a la hora de hablar meramente de inversión.
¿Son los criterios ESG una estafa?
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¿Qué son los criterios ESG?
ESG son las iniciales de Environmental, Social y Governance (Medioambiental, Social y de Gobierno, para aquellos que prefieren el español). Esencialmente, son una serie de directrices y métricas que se supone que las empresas deben seguir si quieren ser consideradas como «responsables».
Claro, es normal que te preguntes ¿Y cómo se mide todo eso? Pues aquí tienes un pequeño resumen:
Criterio | ¿Qué mide? | ¿Cómo lo mide? |
---|---|---|
Medioambiental (E - Environmental) | Este criterio se centra en el impacto que una empresa tiene sobre el medio ambiente. Esto incluye, pero no se limita a, emisiones de carbono, consumo de agua, producción de residuos, conservación de la biodiversidad y gestión sostenible de los recursos naturales. | A través de auditorías ambientales, informes de sostenibilidad y certificaciones externas, como la ISO 14001. Aquí, las empresas pueden puntuarse y compararse en base a estándares predefinidos, lo que permite a los inversores tomar decisiones informadas. |
Social (S - Social): | La relación de la empresa con sus stakeholders. Esto abarca temas como condiciones laborales, salud y seguridad en el trabajo, relaciones con la comunidad, diversidad e inclusión, y derechos humanos. | Mediante encuestas de satisfacción del empleado, informes de responsabilidad social corporativa y certificaciones de buenas prácticas laborales como SA8000. Es un vistazo al "lado humano" de la corporación. |
Gobierno (G - Governance) | Aquí se entra al territorio de la ética y estructura de la corporación. Pensemos en transparencia, calidad de la gestión, estructura del consejo de administración, remuneraciones, corrupción y, en general, prácticas empresariales. | A través de informes anuales, auditorías externas y comparativas con directrices internacionales como las del Global Reporting Initiative. Es, básicamente, una revisión de salud ético y moral de la empresa. |
¿Quiénes crearon los ESG?
En la época en la que vivimos, es normal pensar que quizá los ESG fueron creados por alguna de estas fundaciones que se dedican a lo que se dedican. Sin embargo, la creación de estos criterios ha sido un trabajo conjunto de las Naciones Unidas y la adopción y desarrollo del concepto por parte del mundo corporativo.
Pero si algo queda claro es que los grandes responsables de mover todo esto han sido los fondos de inversión y gestores de capital que, a la vista está, han usado la etiqueta del ESG para ganar puntos a los ojos de un público que, quizá, era mas reacio a invertir. Ya sabéis por el “rechazo” que les genera el capitalismo pero que nunca falte un iPhone en su bolsillo o un Starbucks el fin de semana.
¿Quiénes evalúan a las empresas con los criterios ESG?
Aunque parece mentira, ya que está por todos lados, los criterios ESG no son evaluados por una agencia en particular. Todo lo contrario, hay varias agencias que dedican recursos para poner la calificación a las empresas. Aquí tenemos algunas de ellas:
Al mismo tiempo, los fondos de inversión también hacen sus propias investigaciones para saber si sus inversiones se apegan a estos criterios. Y claro que sí, no podían faltar las ONGs que, si bien es cierto no otorgan los ratings como tal, sí que hacen proselitismo y dan por saco si ven que alguna empresa se sale de este lineamiento.
Casos prácticos
Una cosa sorprendente es que, al menos en el tiempo que usé investigando para este artículo, no encontré un ranking que combine todos los puntajes de ESG de las diferentes agencias. Así que los datos que vas a ver a continuación son del ranking de Sustainalytics.
Si pensamos en una empresa que es la líder del movimiento de coches eléctricos, que según las políticas adoptadas por la Unión Europea son la solución al tema climático, nos viene a la cabeza Tesla.
Tesla tiene un rating de 25.2 y es considerada como una empresa de riesgo medio a lo que ESG se refiere. De hecho, ocupa el puesto 44 de 89 empresas en el sector del automóvil. Si comparamos Tesla con empresas cuyo “impacto social” puede ser negativo nos encontramos con que:
Según Sustainalytics Tesla tiene un ESG similar a Mcdonalds (25.7), Philip Morris (28.4), Lockheed Martin (29.6). Al mismo tiempo, su score de ESG es peor que la empresa de renta de terrenos petroleros Texas Pacific Land (10), CEPSA (21.8) o Maersk (17.7).
Otro caso curioso es el de Iberdrola, una empresa de las más metidas en el tema de la energía “verde”. Si bien es cierto está un poquito mejor que Tesla con 22.2 puntos, como podemos ver, está por debajo de la mismísima CEPSA.
Lo mejor de todo es que la herramienta de Sustainalytics no explica el por qué del ranking, simplemente piden tu confianza absoluta.
Realidad de los fondos ESG
Después de una década en la que no paraba de entrar dinero a los llamados “Fondos Sostenibles”, que son los principales usuarios de los criterios ESG, en 2022 salió más dinero del que entró. Y en 2023 vamos por el mismo camino.
La razón parece ser el incremento en el cuestionamiento sobre la utilidad y, peor aún, la politización de estos criterios que, como hemos podido observar en el punto anterior, no parecen tener mucha coherencia con la realidad social.
De hecho, Larry Fink, el pez más gordo del gestor de fondos más gordo del mundo, BlackRock, ha dicho que se van a ir dejando de tonterías ESG, ya que la presión que está recibiendo la empresa por parte de clientes potentes como los fondos de pensiones del Estado de Texas.
Y si nos vamos a los números, el SP500 de empresas ESG ha tenido un rendimiento del 10% en los últimos 10 años mientras que todo el mercado ha tenido un rendimiento del 9%, a pesar de que el tema ESG ha sido “la moda” y no ha parado de recibir pasta.
Conclusión
En conclusión, tiene que ser el mercado quien premie o castigue a una empresa por su “impacto social” no un rating opaco basado en planteamientos subjetivos que no reflejan la realidad.
Todo apunta a que, quizá, en los próximos años los criterios ESG pierdan relevancia y los gestores se dediquen a hacer lo que deben hacer, mirar los números y no la comunicación corporativa de las empresas.