Invertir en ETFs y no morir en el intento 😏
Una guía para invertir en ETFs que hasta un niño entenderá.
Por Héctor Pérez
Desde que empecé a invertir en ETFs mi cartera se ha convertido en un ser más apacible y sin tanta grasa. Ahora bien, elegir los bicharracos que mejor se adaptan a mi estrategia ha sido, al principio, un dolor de cabeza que ha necesitado un analgésico. En mi caso, la medicina ha sido horas de lectura y de contenido por lo que he decidido escribir este artículo para que, una vez lo leas, no tengas que perder las decenas de horas que yo perdí en su momento.
Evidentemente, cada estrategia es tan diferente como las personas que vemos en el metro a las 7 de la mañana camino a la oficina, que vaya personajes que se ven. Mi intención es que juntos, exploremos los conceptos básicos que hay que tener en cuenta a la hora de invertir en ETFs para que no termines con las tablas en la cabeza.
Así que al lío.
¿Cómo invertir en ETFs y no morir en el intento?
Para novatos: ¿Qué son los ETFs?
Si estás leyendo este artículo, probablemente ya sabes qué son los ETFs y esta pregunta te la suda. Si por alguna razón has llegado a este post por gracia divina y no sabes lo que son, aquí te dejo la explicación más fácil de qué es un ETF:
Imagina que en una tienda hay un montón de opciones de granos a granel. Vamos, de esos que pillas tu con tu mano y lo metes en una bolsa. Para hacer una receta, necesitas 100 gramos de cada tipo de grano pero en esa tienda sólo te venden el saco entero.
Sin embargo, Paco el del bar se dió cuenta de esto y abrió una tienda justo en el local de al lado. En la tienda de Paco te venden unas bolsitas en las que tienes 100 gramos de cada uno de los granos para tu receta.
Eso es un ETF. Es decir, una hucha llena de acciones de la cual puedes comprar una pequeña participación y tener exposición a todo el tinglado sin necesidad, obviamente, de comprar cada una de las acciones por separado.
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Las comisiones y costes de invertir en ETFs
Los ETFs no nacen del suelo y aunque muchos simplemente replican un índice, estos productos son generados por una firma financiera que cobra por el servicio que te están prestando. Es por ello que todos los ETFs tienen comisiones y costes que hay que tener en cuenta.
La comisión de mantenimiento de un ETF: esto es lo que se conoce como Total Expenditure Ratio (TER) y suele oscilar entre el 0.4% y el 0.04%. Todo depende del emisor. Hay que tener en cuenta que esta comisión se deduce del rendimiento del producto, ergo que no es que lo tengas que pagar aparte, te lo quitan directamente. Por norma general, mientras más activa sea la gestión del ETF, más cara será su comisión. Si lo comparamos con los fondos indexados, los ETFs en en este apartado pueden ser más eficientes ya que la comisión media de los indexados es de 0.49%
Costes del broker asociados a los ETFs: Ya que comprar ETFs es muy similar a comprar acciones en bolsa, tu broker probablemente también te muerda. En mi experiencia, me he encontrado con comisiones tan altas como 3.99 euros y unas tan bajas como 0 eurracos. También es posible que haya costos asociados con la conversión de divisas si se invierte en ETFs que cotizan en otras monedas.
Para evitar males mayores y arrepentimientos, es importante que veamos la letra pequeña de estos instrumentos antes de invertir en ellos. Esa información la puedes encontrar en los folletos de cada uno de los ETFs que por lo general están en la web del emisor o, si no te quieres complicar la vida, en la página JustETF conseguirás la información que necesitas de todos los ETFs que cotizan en Europa.
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¿ETFs de acumulación o distribución?
Este punto es necesario tocarlo por dos motivos igual de importantes: la fiscalidad y la eficiencia de la estrategia de inversión. Como introducción, hay dos tipos de ETFs los que reparten dividendos (distribución) y los que automáticamente reinvierten esos dividendos (acumulación).
En el caso de los últimos, son los más eficientes desde el punto de vista fiscal y el de eficiencia. Al reinvertir los dividendos, no tienes que tributar esos dividendos en tu declaración y, al mismo tiempo, crean un efecto de interés compuesto de forma sencilla, sin tener que estar reinvirtiéndolos manualmente.
Los ETFs de distribución podrían tener sentido en caso de que tu estrategia tenga contemplado usar esos dividendos en otros activos, retirar ese efectivo a tu cuenta o cualquier cosa que tengas en mente.
Por regla general, suelen haber de los dos tipos para cada ETF si el fondo en cuestión hace seguimiento de un índice muy popular o si el emisor es lo suficientemente grande.
¿Por qué la liquidez es importante a la hora de invertir en ETFs?
Si un ETF tiene poca liquidez significa que a la hora de vender tus participaciones te va a costar más conseguir un comprador. Si esto sucede, es muy probable que el precio por el que vendas tus participaciones sea menor al precio de cotización, ergo que pierdes pasta. La diferencia entre el precio de compra y el de venta de un ETF, que se llama diferencial, suele estar entre un 0.1% y un 0.5%. Puede que te suene a poco, pero si a esto le sumas la comisión del broker, el TER del que ya hemos hablado, los impuestos y, de ser necesario, el cambio de divisas entonces entenderás que tu beneficio se ve bastante afectado.
El truco que yo utilizo para evitarme estos dolores de cabeza es simple. Primero, intento invertir en ETFs que vengan de emisores grandes. Por decir algunos nombres tenemos: Blackrock, Vanguard y WisdomTree. Lo segundo, y esto ya depende de cada quien, es que intento que la temática del ETF sea lo suficientemente interesante como para que tenga liquidez. No es lo mismo invertir en un ETF de la plantita que da risa que invertir en un ETF del SP500.
Por último, intenta ir con el horario del mercado. Si quieres operar con un ETF que sigue al mercado americano intenta hacerlo en la tarde europea para asegurarte que estás expuesto a la mayor liquidez posible.
Cuidado con la composición
Una de las cosas más complicadas a tener en cuenta a la hora de invertir en ETFs es la composición de los mismos. Hay de dos tipos ETFs físicos y sintéticos. Los ETFs físicos “holdean” el activo, ergo, si es un ETF del SP500, pues tendrá las acciones del SP500 en cartera. Sin embargo, si es un ETF sintético, entonces lo que tendrá dentro será un conglomerado de productos derivados, generalmente ofrecidos al emisor por un tercero, que por la magia de la ingeniería financiera permiten que el ETF genere el retorno del índice al que “hace seguimiento” también llamado subyacente.
Aquí lo que entra en juego es el riesgo de que o bien el emisor o sus partners se vayan a la quiebra y con ellos tus inversiones. Que oye, aunque todo es posible, es otra razón para invertir en ETFs de emisores elefantiásicos. En el caso de los ETFs físicos, el riesgo es que el emisor “preste” parte de los activos y el prestatario entre en impago. En el caso de los sintéticos, el riesgo es que el partner sea el que se vaya a pique.
Una vez más, todo esto lo puedes revisar en los folletos. Asegúrate de ver quienes son los partners, si el emisor presta parte de los activos, bichea la solvencia de cada uno. En definitiva, haz los deberes.
La historia es importante
Ver el histórico de un ETF es importante ya que nos permite entender la volatilidad y, al mismo tiempo, mientras más lleve un ETF en el mercado la probabilidad de que sea algo confiable es mayor. Aunque esta regla no siempre aplica.
El histórico también nos ayuda a entender cómo se comporta nuestro activo en diferentes escenarios. No es lo mismo un ETF de tecnología en pleno boom pandémico de 2021 que, el mismo ETF, en medio de un mercado relativamente estable por allá en el 2014. Es cierto que, a medida que pasa el tiempo y salen nuevos nichos de mercado, salen nuevos ETFs sin histórico. Pero, recuerda que si el ETF hace seguimiento a un índice en particular, probablemente ese índice si tenga un pasado que podemos analizar.
Y por supuesto, como en cualquier panfleto de finanzas, toca introducir la frase más amarga de todo el mundo del dinero: “resultados pasados no garantizan resultados futuros”.
Conclusión
Para cerrar, como habrás visto, elegir ETFs para invertir se podría considerar un arte más o menos metódico. Eso sí, es infinitamente más sencillo que elegir acciones individuales. Si has llegado hasta aquí, creo que te vendría bien echarle un vistazo a mi artículo sobre los mejores ETFs para invertir en 2023.